La misión de la NASA a la Luna no ha sido hoy tampoco capaz de despegar. El cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS, por sus siglas en inglés) ha vuelto a dar un problema durante la carga de combustible. Como el lunes, el lanzamiento se ha suspendido poco tiempo antes de la hora señalada.
El equipo de la misión lunar Artemis I de la NASA ha trabajado sin éxito para detener una nueva fuga en el sistema de suministro de hidrógeno líquido a la parte central del cohete SLS, horas antes del lanzamiento previsto para este sábado desde Cabo Cañaveral, en la costa atlántica de Florida. A menos de tres horas del momento previsto para el despegue, la agencia espacial estadounidense se ha visto obligada a suspender una más vez la misión.
Tras aplicar presión con helio sobre la zona de la fuga, parecía que se podía reanudar el flujo de hidrógeno líquido, por lo que la NASA mantuvo en un primer momento el plan para realizar hoy el lanzamiento. Sin embargo, dos horas después de detectar el problema, los ingenieros se han dado finalmente por vencidos, al constatar que no había ya tiempo de solventar la situación.
La misión tiene como objetivo preparar el camino para el regreso de los astronautas estadounidenses a la Luna. El pasado lunes ya hubo un primer intento pero que finalmente cancelaron. La idea es acercar a la nave espacial Orion a una distancia de 96 kilómetros de la Luna, tras lo cual regresará a la Tierra y amerizará sobre el océano Pacífico. El principal objetivo es demostrar que el viaje, que no tendrá tripulación, puede realizarse en condiciones de seguridad.
Todas las miradas estaban hoy puestas sobre el cohete SLS, el más poderoso jamás construido, después de que el lunes obligara a cancelar la cuenta atrás. Finalmente, ha vuelto a dar el sábado un problema que los expertos no han sido capaces de solucionar a tiempo.
El motivo fue que el tercero de los cuatro motores que propulsan el SLS no logró enfriarse lo suficiente, pero los ingenieron han revisado el problema durante estos días y ahora lo atribuyen al mal funcionamiento de un sensor, por lo que consideran que la misión está lista para arrancar.
Si todo sale según lo previsto, la NASA intentará enviar astronautas a explorar la superficie lunar en los próximos años, a partir de 2025. No lo ha hecho nadie desde 1972, hace ya medio siglo. La presente misión, llamada Artemisa 1, es reativamente poco ambiciosa, en el sentido de que no está tripulada ni llevará a cabo grandes experimentos científicos. El momento realmente histórico será, si todo va bien, el de Artemisa 3, la primera de las nuevas misiones en la que podríamos ver de nuevo a astronautas estadounidenses pisando el satélite terrestre.
El plan de la NASA es presentar a sus próximas tripulaciones de astronautas lunares después de que Artemisa 1 se concluya con éxito. Ya ha anunciado que habrá al menos una mujer y una persona de color. El segundo intento de lanzar de esta misión preliminar está programado para las 20.17, hora peninsular española del sábado, con una ventana de lanzamiento que se prolongará durante dos horas. Es decir, hasta las 22.17.
Según las previsiones meteorológicas, las condiciones eran favorables con una probabilidad de entre el 60% y el 80%. De hecho, habían venido mejorando día a día desde que se decidió, el martes pasado, el horario del nuevo lanzamiento. Se da la circunstancia de que en Florida es la temporada habitual de los huracanes, y hay un huracán sobre el Atlántico, pero se está moviendo en dirección contraria (es decir, hacia Europa). «Vamos a intentarlo«, ha asegurado Mike Serafin, responsable de la misión Artemisa, durante una rueda de prensa el jueves.
Unos maniquíes equipados con sensores serán los encargados -cuando la misión finalmente arranque- de demostrar que el viaje de ida y vuelta sigue siendo viable, con una tecnología muy distinta a la que se utilizó en el programa Apolo. En el transcurso de aquellas primeras misiones de exploración lunar perdieron la vida tres astronautas (la tripulación del Apolo 1), mientras que otros tres (los astronautas del Apolo 13) estuvieron a punto de hacerlo, aunque se salvaron gracias a un impresionante despliegue de inteligencia, sangre fría y capacidad de trabajo en equipo.
A un día del nuevo intento de lanzamiento, los responsables de la misión Artemis reconocían el legado del programa Apolo en su cuenta oficial de Twitter: «Mientras anticipamos la misión Artemis 1, es siempre importante reflexionar sobre las misiones Apolo que nos trajeron hasta aquí. Estamos sobre hombros de gigantes«. Tras la segunda cancelación consecutiva, la comparación con el programa que impulsó en su momento el presidente John Fitzgerald Kennedy pesa ahora aún más.
Con mucho menos en juego en esta primera misión, pero con la ilusión de poder volver a pisar la Luna, la NASA se enfrenta a su propio pasado y a la necesidad de dar impulso a un plan que, desde que fue propuesto en su primera versión por el presidente George Bush Jr, en el año 2005, no ha cumplido ninguno de los plazos que originalmente se puso.
Este sábado, sin embargo, la esperanza de los responsables de la misión era que todo empiezara, por fina, a ir sobre ruedas: «Hemos tenido tiempo de volver atrás y mirar todos los datos, comparando múltiples fuentes de información y realizando análisis independientes que han confirmado que era un sensor estropeado», explicó John Honeycutt, responsable del programa SLS en el Centro de Vuelo Espacial Marshall. Ahora, la nueva suspensión de la cuenta atrás obligará a revisar otra vez todo durante los próximos días.
«Debemos presentarnos, debemos estar preparados, y vamos a ver lo que nos depara el día«, resumía, por su parte, Serafin. En teoría, tras haber tenido que suspender de nuevo la misión, habría una nueva ocasión de intentar el lanzamiento el próximo martes, día 5 de septiembre. Pero los ingenieros tendrán que volver a repasar meticulosamente todos los sistemas y asegurarse de que, esta vez, no vuelva a ocurrir lo mismo.